Cualquiera que trabaje en el ámbito de la educación entiende que el rendimiento de los alumnos no es un proceso lineal. Son muchos los factores que entran en juego, desde unos hábitos de estudio sólidos y una enseñanza eficaz hasta un entorno familiar favorable. Un esfuerzo eficaz y constante permite obtener buenas notas.
En un sentido similar, la calidad de los datos sigue las mismas reglas. Esto se debe a uno de los principios más antiguos de la tecnología informática, el GIGO (garbage in, garbage out). Aunque este principio se mantiene en el mundo de la calidad de los datos, afortunadamente, hay formas de reparar o dar sentido a estos datos. Descargue este libro blanco para saber más sobre las herramientas de calidad de datos y su aplicación en el sector educativo.